EKAY.
LENGUAJE EN LA RUINA.
Por
Simeón Hidalgo Valencia (31 de diciembre de 2017)
El productivo Barrio del Aserradero
de Ekay, en el Valle de Lónguida, Navarra, vino a caer en la ruina.
Sólo quedan derrumbes
frente a la altiva, aún, chimenea de ladrillo caravista, que desde su altura ve
llegar clandestinos y contestatarios visitantes para, al menos, hacer que la
ruina de tapiales y tabiques tomen un nuevo significado y hablen con rabia frente
a este mundo, que como el antiguo aserradero de Ekay, se arruina ante la impasible
mirada humana.
Por allí he caminado
algunas veces y he ido recogiendo con mi máquina de fotos esos testimonios,
pintados por gentes con ganas de cambiar el mundo, con expresiones distintas en
cada momento, es cierto, pero con la misma UTOPÍA por conseguirlo generación tras generación.
Un grito físico que
sale desde el hondón del alma rebelde.
Un grito por la
igualdad entre mujeres y hombres.
Un grito desesperado
por el monstruo que se come los cerebros.
Ventanas abiertas
enmarañadas de redes.
Dedo acusador,
aplastador, manejador de hilos invisibles que atan la libertad, mientras se nos
recuerda: ¡VIVES!, y se nos ofrece el micro para que nos expresemos sobre
ruedas, como si el amplificador estuviera conectado.
LSD. Cerebro machacado
y en medio de la ruina la UTOPÍA.
Expresión
contemporánea. Arte en la ruina. Museo efímero de firmas y graffitis. Arte del
siglo XXI. Fotografías que yo firmo pero obras que no son mías. Son de gentes
que también quieren cambiar, a mejor, su parcela de mundo…
…y
entre tanta firma y expresión, en medio del fuego, he visto que alguien ha
escrito mi nombre y me veo a mí mismo encerrado en el espejo persiguiendo la luna
e intentando alcanzar la UTOPÍA.