¿UN
SIMPLE VENTANAL GÓTICO?
Por
Simeón Hidalgo Valencia (10 de febrero de 2017)
El 31 de enero del
presente año, D. Rafael Fuster Ruiz compartió el álbum de Tortosa Templaria en
la página de facebook “Marcas de Cantería, estelas discoidales y otros gliptogramas”.
Encabezaba el reportaje
de cuarenta y dos imágenes con la siguiente.
Cuando la vi y la
observé con atención, tratando de ir más allá de lo que externamente captamos y
al detenerme en ella como, para mí, la principal imagen de todo el reportaje,
me di cuenta de que aquí hay toda una lección oculta que transmite
conocimientos que a los ojos del simple turista se escapan si no hace un
esfuerzo mental, me atrevería a decir incluso espiritual, para poder penetrar
en el mundo simbólico de este equilibrado ventanal gótico basado en la figura
geométrica del triángulo equilátero.
Como vi este ejercicio
muy interesante para ir descubriendo la otra realidad que se oculta, la más
importante, esa que quizás buscaban los iniciados constructores medievales en
su camino a través de su itinerario a Santiago de Compostela y que los maestros
canteros dejaron en parte grabada en los sillares que realizaban, invité a los
compañeros de este grupo a tratar de ver también, en estos tiempos, el conocimiento encriptado que este ventanal
nos aporta, cual libro divino escrito en la piedra. Ejercicio que considero
básico para los que nos interesamos en estos temas, dado que si nos quedamos
solamente en la belleza y equilibrio externo no aprenderemos lo más importante:
la verdad que existe en el interior.
-“Os propongo un juego
cuya finalidad es ver más allá de lo que aparentemente vemos. Detened vuestra
mirada en la imagen primera, que vuelvo a reproducir, y entrad en la mente del
maestro que ideó este trabajo y tratad de descubrir lo que hay oculto en él.
¿Cuántos triángulos veis, cuántos rombos, cuantos hexágonos y que marcas de
cantería se integran en este hermoso trabajo? ¡Ale! ¡A darle al coco!”- les decía.
Algunos, como J.M.
Borraz entró en el juego y aportó nueve formas distintas en esta red
triangular. Cuando las dio a conocer yo ya iba por más de treinta, en las que
coincidía con las nueve que él mostraba. Parece mentira que en tan poco espacio
y con unos trazos tan simples se pueda conseguir tanta marca de cantería.
Personalmente tengo que
decir que todas las que voy a exponer las he visualizado y recogido en mis
estudios. Había pensado en mostrar junto al trazado de cada marca de este
ventanal la fotografía correspondiente y el edificio o edificios donde las he
visto, pero el trabajo daría no para un artículo sino para todo un libro, pero
tengo que decir que muchas de las marcas contenidas en este ventanal son
habituales en edificios románicos, incluso anteriores, como los seguidores de
la página que nos ocupa conocen, pues se extienden a lo largo del tiempo y del
espacio. Pero otras, contenidas también aquí se empiezan a ver a partir de las
construcciones góticas. En Navarra su presencia es muy clara en la catedral
gótica de Pamplona o en el Palacio de Olite, por ejemplo, donde están
presentes.
Sin más, paso a mostrar
el resultado personal. Seguro que alguno más avispado podrá añadir formas
diferentes. Yo me he limitado a las que he recogido en mis estudios de
investigación sobre el tema.
Pasemos y observemos,
una a una o en grupos, cada página de este libro.
Grupo 1:
El punto:
Es el origen y el
principio.
Cualquier trazado se
compone de puntos.
Viene a ser la molécula
básica de toda forma y expresión geométrica.
Grupo 2:
La línea recta, sea
horizontal, vertical o inclinada también está presente dentro de las marcas de
cantería. El diseño de este ventanal no da lugar a la línea recta vertical.
Grupo 3:
Línea horizontal con
prolongaciones en ángulo en sus extremos. En posición vertical, a manera del
número uno, tanto en su posición habitual como en la vista especular, forma
parte de los caracteres epigráficos ibéricos, representando a la letra “L”. Los
canteros la emplean en todas las posiciones posibles.
Grupo 4:
El ángulo. Según su
posición, que se ve en los sillares con todos los giros posibles, puede
referirse también a la epigrafía ibérica, fuera correspondiente a la letra “L”
cuando el vértice apunta hacia arriba, como en la figura 3 sea a la “M” cuando
apunta hacia abajo. También puede referirse al sonido “KA” apuntando hacia
arriba. Como signo de cantería es uno de los más comunes que aparece a lo largo
del tiempo y del espacio.
Grupo 5:
En la epigrafía ibérica
estos símbolos con base en el ángulo equivalen al sonido “KE”. El que con más
frecuencia he visto representado en sillares es el último. Con menos, los otros
tres.
Grupo 6:
Estas grafías, que para
nuestra mentalidad nos recuerdan a la letra A, en la epigrafía ibérica se las
asimila con distintas variantes de sonido “KA”. Es muy frecuente ver en la
última imagen, una forma de nuestra A, grabada en los sillares.
Grupo 7:
En la epigrafía ibérica
la primera es la manera de representar a la letra “A”. Por asimilación pongo
también el segundo modelo, pues también lo he recogido como marca de cantería.
He visto cantidad de
modelos de nuestra “A” como marca de cantería. Quien se mueva en este terreno
lo podrá corroborar. A continuación pongo algunos de ellos que veo en este
ventanal gótico.
Grupo 8:
Esta grafía
corresponde a una forma del sonido de la
“R”, siempre teniendo en cuenta la epigrafía ibérica.
Como marca de cantero
también la he catalogado, aunque pocas veces.
Grupo 9:
El triángulo equilátero
es la figura geométrica que compone este ventanal. Es la primera forma cerrada
que sirve de base a figuras más complicadas que se irán viendo a lo largo de
este trabajo. La proporción y el equilibrio son características fundamentales
de este polígono. Como marca de cantero es una de las que se repiten a lo largo
del tiempo y del espacio, estando en los primeros puestos de las cincuenta
marcas más repetidas en lo que llevo estudiado.
Su simbolismo, esté en
una posición u otra, es importante pues nos hará girar en la órbita de la
alianza entre lo humano y lo divino al irse encontrando y penetrando
mutuamente.
En la primera posición
también está presente en los signos epigráficos ibéricos representando al
sonido “TU”.
Grupo 10:
La unión de dos
triángulos da lugar a distintas figuras. De ellas la más conocida es el rombo,
pero las otras que muestro también son importantes en este libro en piedra
sobre las marcas de cantería, pues todas ellas las he visto como tales.
Grupo 11:
Con tres triángulos
podemos diseñar estas dos marcas, que sólo las he recogido en edificios góticos
del siglo XIV-XV.
Grupo 12:
Formada por cuatro
triángulos, esta bella y equilibrada marca también se emplea en época gótica.
Grupo 13:
Del hexágono con sus diagonales podemos ver seis triángulos básicos y por reducción obtenemos figuras con frecuencia grabadas en las piedras como marcas de cantero. El hexágono, el lucero de seis rayos, los trisqueles y de estos a las flechas.
Grupo 14:
A continuación una de
las marcas más repetidas. Las denominadas “pata de la oca”. La primera, junto
con la flecha forman parte de los signos
ibéricos, representando el fonema “U”.
Grupo 15:
Esta marca ya es muy
conocida por los miembros de este grupo, pues escribí algo sobre ella escondido
en un antiguo crismón.
http://mirarconsimeonhidalgo.blogspot.com.es/2017/01/crismon-o-algo-mas.html Las dos primeras figuras forman
parte de la epigrafía ibérica, y su sonido se animila a “BE”. Como marca de
cantería también la he recogido en varios lugares.
Grupo 16:
Esta marca, a la que
denomina “el pez” por su grafía parece derivar de la marca anterior.
Se ha encontrado
también como marca de cantería.
Grupo 17:
Ciertos grafismos, como
los presentes, nos resultan más familiares porque forman parte de nuestro
propio abecedario. Anteriormente podríamos haber asimilado algunos de ellos con
la “A”, la “B”, la “C”, la “F” y ahora estamos ante la representación de
nuestra “M”
Grupo 18:
Otra figura en la que
podemos reconocer a la letra “R”.
Grupo 19:
Grupo de marcas
asimilables en la epigrafía ibérica a la letra “S” y en nuestro alfabeto
castellano a las letras “N” y “Z” con sus respectivas vistas especulares.
Grupo 20:
Estas tres formas,
además de lo comentado más arriba sobre la primera, pueden representar en
nuestro abecedario a las letras “V” y “W”.
Grupo 21:
El aspa, cruz de san
Andrés o letra “X” y derivados, también aparece con mucha frecuencia como marca
de cantería. El cuarto modelo es un diseño presente en el Palacio de Olite.
Grupo 22: También en el
mismo palacio se han recogido estas tres marcas.
Grupo 23: Estas otras
marcas también las he recogido en mis estudios.
Como digo al comienzo,
seguro que más de un diseño posible se me ha escapado, pero valgan los casi 90 que
aquí recojo, que serían más si se hubiese jugado con todas los diseños con sus
distintas posiciones como aparecen en muchos casos labradas en los sillares.