domingo, 24 de mayo de 2015

GARAIOA

GARAIOA

Por la mirada de Simeón Hidalgo Valencia (24-05-2015)

Tuve, siendo estudiante de magisterio, un profesor que nos decía a los futuros maestros que si teníamos que impartir una clase de una hora la debíamos preparar, al menos, durante dos.

Este principio se me quedó grabado y he podido comprobar a lo largo de mi vida profesional como profesor que es aplicable a toda empresa que se realice y por ello, como el sábado 30 de Mayo soy responsable de la actividad que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa ha programado para dar a conocer al maestro cantero de finales del siglo XII y comienzos del XIII, Petrus de Guerguitiáin, me acerqué el día 22 pasado hasta Garaioa, donde la portada de su iglesia parroquial entra dentro de la escuela petrina, pero no voy a hablar de ella en este momento, sino que mi mirada se extiende por su caserío silencioso y acogedor.

En su silencio, roto a veces por los toques del reloj de la Casa Consistorial, por algún perro que hace saber a su dueño la presencia de un extraño, por el claxon del panadero o del vendedor ambulante o por los coches, camiones y motos que pasan rugiendo por medio del pueblo, en su silencio, digo, paseé y recorrí todas sus calles y observé los detalles de sus casas con el escudo, muchas de ellas, del Valle de Aezkoa y también me llegué hasta las afueras para contemplar su crucero.

Con pocas personas hablé pues eran momentos del quehacer, pero todas ellas se mostraron atentas, amables y acogedoras, como la señora que me acompañó a la casa de Mari Ángeles para que me abriera la iglesia, que fue la primera persona que vi.

Sólo en el momento de la comida en el bar restaurante Ibarra Etxea salí del silencio y pude comprobar algo que en pocos lugares, por no decir en ninguno, he visto. Los vecinos, los trabajadores, los visitantes hablaban entre ellos, algunos tan socarronamente, que hasta me sacaron más de una vez la sonrisa al escucharles. Un ambiente admirable y recomendable en tiempos tan modernos en que para hablar con el de al lado se emplea el móvil para mandarles mensajes por whatsapp. Un ambiente propicio para la relación donde los ruidos del televisor no molestan porque está apagado y nadie lo echa de menos. Un ambiente donde hay preparadas unas paneras para dejar los móviles, supongo que en silencio o apagados, para relacionarse con los compañeros y compañeras de mesa.

Aunque me he acercado hasta Garaioa para preparar la visita del día 30, donde estaremos a las 12 puntualmente, lo que he descubierto y visto entre sus gentes es que aún conservan un valor muy importante como es el de la comunicación entre las personas.

Esto, de todo lo que vi, fue lo que más me impresionó y valoré. 


Aquí los móviles. 

Esta hermosa criatura fue quien primero me saludó.

El objetivo: Preparar la visita del día 30 de Mayo a las 12:00 horas.

Dos siluetas: Reloj de la Casa Consistorial y Torre de la iglesia.

Callejeando a la 1,10.  

En el camposanto la muerte nos espera, aunque al otro lado está la vida.  


Vida que se protege contra todo mal… 

…con ritos y símbolos ancestrales… 

…colocados a las puertas de las casas o en los cruces de los caminos…  

…casas que abren su ventanillo para acogernos…  

…aunque al toque de la aldaba nadie responde…  

…¿para qué si la puerta está abierta y la llave en su cerradura?...  

Su nobleza otorga confianza.  

Sólo la tranquila vecina se asoma a ver quién viene…  

…pero indiferente a la vida moderna se mete de nuevo en el corral. 

Los ritmos son lo que son en Garaioa… o al menos yo los he visto así.



sábado, 9 de mayo de 2015

LA SUBIDA DEL CRIADICO - 2015

LA SUBIDA DEL CRIADICO - 2015

Por la mirada de Simeón Hidalgo Valencia (09-05-2015)


Todos los años el 8 de Mayo es cita señalada para las pocas tradiciones que aún se conservan en el Valle de Izagaondoa.
El Valle de Izagaondoa está en Navarra y hace relación a las tierras y pueblos que están “debajo de Izaga”.
La Peña o Higa de Izaga, como aparece en documentación antigua, es bien conocida por las personas aficionadas al monte, siendo uno de los picos navarros más frecuentados.
Pues bien, ayer nos juntamos 30 personas para cumplir con el rito de subir al Criadico a su morada de buen tiempo allá en la cumbre, en la ermita-basílica de San Miguel. De Mayo a Septiembre.
Ya he comentado en otra ocasión sobre los posibles orígenes de esta tradición.[1] 
Ahora, ofrezco, a quien esto lea y vea, 30 imágenes que he seleccionado con mirada detenida de una de las pocas tradiciones que aún se conservan en Izagaondoa. 
Una por cada asistente. 

Citados a las 9:00 horas acudimos desde Izagaondoa, Artáiz, Unciti,… 


Con la cruz del pueblo acude Luis desde Artáiz y Paco desde Reta.

Se inician las letanías de los Santos en la iglesia de Zuazu…

… y comienza la subida hacia la cumbre.

El grupo compacto al inicio sigue implorando a los Santos…

… aunque pronto cada cual lleva su ritmo. 

Los que no podemos con el esfuerzo subimos en todo-terreno y adelantamos a los caminantes.
¡Por cierto! El camino está muy mal y se corre peligro de volcar en algunos tramos. Al no canalizar las aguas hacia los ribazos, lo han destrozado.
¡Menos mal que hacía días que no llovía y el terreno está seco!
No quiero ser gafe, pero cualquier día habrá una desgracia. Aviso.
Fue comentario general.
¿Por qué el Ayuntamiento no convoca al auzolan para arreglarlo?  

Desde la zona de la primera parada veo fugazmente el paso.

Se llega al lugar de la primera parada…



Al fondo se atisban los Pirineos. Ave María a la Virgen de Roncesvalles.


Se hace el relevo para portar las cruces…

… y las andas. 

Desde lo alto San Miguel nos anima… 

… y alguien divisa a vista de pájaro la belleza de esta tierra.


… y lleva hasta Iruña la noticia: la comitiva se acerca a la segunda parada…

… y hasta el santuario de Uxue llega el saludo. ¡Salve, regina!…

El último repecho…

… y el Criadico, San Miguel chico, llega a su morada.

Las cruces blancas de Ardanaz, Artáiz, Reta y Zuazu.


El Criadico preside la ceremonia y rinde cuentas al Amo.

Cantados los Gozos…


Se bendicen los campos, los pueblos del valle y a sus gentes.
Al norte, al sur, al este y al oeste. Todo sea bendito...



… y quede para la posteridad el relato del Criadico.
Amén.

martes, 5 de mayo de 2015

ADMIRARSE CON LO CERCANO

Por la mirada de Simeón Hidalgo Valencia (05-05-2015)

  
Suelo yo decir que de tanto ver lo cercano y cotidiano terminamos por no ver lo que los visitantes primerizos contemplan por nuestros pueblos o ciudades.


De tanto tener paisajes maravillosos en nuestro entorno, restos de la Historia en forma de iglesias, aljibes, cruceros, castillos, torres defensivas, palacios de cabo de armería, pinturas murales, ermitas en las altas cumbres, puentes, escudos, claves, etc., etc., terminamos por no sentir las emociones que despiertan en los visitantes primerizos todo eso que nos resulta tan cotidiano y por ende, desgraciadamente en muchas ocasiones, poco valorado.
Personalmente intento no volverme insensible ante las maravillas que me rodean y más de una vez me he parado, me he sentado y he hablado con ellas y me han descubierto parte de sus secretos.

Es lo que hice a finales del invierno en mi paseo del día 8 de Marzo, domingo, por el Valle de Izagaondoa, cuando comenzaba a despertar de su letargo.
Me detuve esta vez en Artáiz para observar su torre medieval exenta, de la que estoy haciendo un estudio, y de paso observé distinta su cercana iglesia de San Martín. Algo tenía el aire que la daba un tono singular. Luego decidí  llegarme hasta Guerguitiáin y hasta la cercana Vesolla y contemplar desde allí la silueta de la Peña de Izaga.
También allí el aire matizaba edificios y paisaje.

Al mirar, una vez más, a los personajes de Guerguitiáin de mirada fija penetrante, de oídos  abiertos al susurro o al hermoso crismón del tímpano de Vesolla, en ese entorno natural único, recordé lo que escribí para el montaje audiovisual que presentaba la primera jornada dedicada al románico del Valle de Izagaondoa, allá en Octubre de 2010, que ahora de nuevo reproduzco para acompañar las imágenes de este paseo dominguero del 8 de Marzo.

“Os vemos pasar desde la altura de los siglos.
Generaciones nos  miráis a los ojos.
Al cruzarnos las miradas vemos los misterios de vuestras almas.
Sin atreveros a preguntar
os vais y nos quedamos ciegos,
en silencio,
custodiando  la respuesta.

Nuestros finos oídos escuchan el latido de los tiempos
y esperan vuestras preguntas.
Sin atreveros a preguntar
os vais y quedamos sordos,
en silencio,
custodiando la respuesta.

Desde el principio
os hablamos día a día con paciencia.
Aquí estamos
contando lo que sabemos.
Sin atreveros a preguntar
os vais y quedamos mudos,
en silencio,
custodiando la respuesta.

Por si no comprendéis nuestras palabras empleamos los gestos
y llamamos vuestra atención.
Sin atreveros a observar
os vais y quedamos quietos,
en silencio,
custodiando la respuesta.

Cuando os decidáis a mirarnos,
a escucharnos,
a hablarnos,
la respuesta os mostrará todas sus caras…
… y todos sus matices.

Entonces, nuestra misión
habrá terminado.
Nos iremos en silencio
con el final de los tiempos.”